"Flor del cerezo blanco".

"Flor del cerezo blanco", es la entrada que decidí escribir después de un tiempo de descanso por el que opté en cuanto al blog.

En Japón, las flores de cerezo ("sakura"), son una metáfora de la vida. Un breve y brillante instante de florecimiento, seguido de la inevitable caída y muerte

Bien, una vez sabido esto, comenzamos...

Si no me alejo mucho de lo que trato de expresar hoy, en mi vida, como en la tuya, si, tú que estás leyendo estas líneas, alguna vez habrá habido un momento, (aunque sea por un breve espacio de tiempo), en el que tu cerezo particular haya florecido y, seguro que en ese momento de culmen, una de esas flores, tu famosa flor del cerezo blanco, haya causado en ti algo distinto que la haya hecho especial. 
Se conoce que el equinoccio de primavera es el momento de la floración del cerezo, pero, para poder obtener no sin contar con algo de suerte esa blanca flor, primero ha de pasar el duro y frío invierno. Ese margen temporal, en el que todo empieza de cero, como el conocido dicho de "año nuevo, vida nueva", pues algo así. 
Y, una vez que hemos dejado atrás las nieves invernales, con los primeros rayos de Sol, aunque vengan indirectamente hasta ti, el cerezo comienza a germinar. Cada flor es distinta a sus hermanas, semejantes sí, pero cada una tiene algo nuevo que aportarte. Aunque lo esencial, lo fundamental, es que tú las trates a todas con tu misma esencia, a todas hasta encontrar la blanca flor. Esa sabrás que es especial, tendrá algo que te encandilará y, a la vez, te nublará. Pero sabrás que es esa. 
Esa flor particular la cuidarás, la regarás, la mimarás y, un día inesperado, cuando creas que está todo bien en el cerezo de tu jardín y que podrás disfrutar de ella de la misma manera con que lo hacías hasta ahora, esa blanca flor se irá...
(Y ojo, que no he dicho se morirá, sino que se irá).

Antes de acabar las líneas que me inspiraron a esta entrada, diré que como toda flor, el viento la maneja, y que cuando creas que se alejó hasta el mar del Japón, las corrientes de tenue brisa te la traerán, al menos, para poder verla una vez más. Y que en cambio, cuando creas que el temporal amainó y que sigues teniéndola al alcance de tu jardín, será cuando más lejos se encuentre. 
Con ello, quiero decir que en el momento en que obtengas esa blanca flor, esta durará tanto como la cuides y, la cuidarás tanto como quieras que dure (Flor del cerezo blanco). 

J. 

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