Dale voz a la palabra

¿Cuántas guerras se hubiesen evitado si se hubiese hablado antes?

No existe respuesta concreta ante semejante pregunta, ¿verdad? 
Lo único que se me viene a la mente es un n° realmente elevado. 

El hecho de hablar es tan importante como el respirar, no podemos avanzar sin ejercer nuestro derecho a tomar la palabra, a expresar mediante la voz nuestros anhelos, deseos, inquietudes, problemas, sueños...

¿Hasta aquí todos de acuerdo? Bien.

Así que con eso, la cuestión radica en averiguar si en aquéllos casos en los que no se produce esa comunicación (da igual si es entre dos personas que mantienen una relación o si es en una conferencia ante la ONU), se puede aspirar a algo. 

Aquí únicamente voy a expresarme desde mi punto de vista subjetivo, pues creo es lo más acertado. 

En el caso de una relación de afecto que una persona mantiene con otra, resulta evidente que el afecto/amor/cariño, pongámosle el nombre que queramos, es importante. Y mucho. Pero en estos casos debemos de pensar si es lo único que importa. 

Yo creo que no...

Obviamente apostaría al caballo ganador, es decir, a la opción en la que además de todo lo anterior, existiera y se diera una comunicación, pero una comunicación bestial. 

Repito que es algo muy subjetivo, pero creo que es la mitad de una relación equilibrada: 50% amor - 50% comunicación. Porque creo que sobra el si quiera mencionar que si no hay respeto no hay ni lo uno ni lo otro. 

Las personas, por suerte o por desgracia, no tenemos el don de la adivinación. Quizá por ello sea por lo que somos incapaces (algunos más que otros), de saber lo que la otra persona tiene en su cabeza. Yo soy de los que creen que con el tiempo uno llega a conocer al otro, y aunque obviamente nunca podemos hablar de un todo como el 100%, a este respecto sería probablemente acertado calificarlo con un 90%. ¿Qué opináis? 

Es por ello pues, por lo que creo y quiero pensar que las cosas se solucionan, que se llega a un consenso en donde las partes implicadas viven en armonía y felicidad, primero para consigo mismas, y segundo (PERO NO MENOS IMPORTANTE), para con el otro. 

Hagámoslo joder, abrámonos al otro y dejémosle ver nuestro interior. 

Qué idílico y bonito sería eso, ¿verdad? 

No por ello quiero dar una idea equivocada, ni pretendo ser hipócrita y/o egoísta. 

Personalmente reconozco a pecho descubierto que en esta vida hay temas de los que no se me da bien hablar, quizá por miedo, quizá por inseguridad, quizá... 

Con esto lo que pretendo es que el/la que lea esto y quiera, se pregunte lo siguiente: ¿Si no hablo de (x) voy a perder a esa persona? ¿Si no le/la dejo saber lo que siento, lo que me preocupa, seguirá estando de manera incondicional ahí para mí?

No debemos dar una respuesta prematura, pues no creo que sean nimiedades. 

En mi caso, opino que si se quiere a la otra persona, la respuesta es más que evidente. 

Sí, por supuesto que sí. 

Por ello, con estas líneas sólo pretendo haceros ver que el hecho de emplear la palabra para con el otro, para con esa persona tan especial para cada uno, es una de las cosas jodidamente más bonitas que puede haber. 

Así que ya sabéis, comunicaos, expresaos, hablar COÑO. En la vida lo único que no tiene solución es la muerte, así que mientras respiremos y nos sintamos vivos, digamos lo que sentimos en cada momento, sin reservas, con los . sobre las i. Dejemos a los adivinos para los cuentos y ejerzamos nuestro derecho fundamental de libertad de expresión. 

En resumen, querámonos siempre, con respeto pero sin reservas, y no tratemos de escudarnos en nada para hacernos entender. Seamos claros, vayamos de frente. 

P.D: No hay regalo más bonito que dedicarte a otra persona sabiendo que, gracias a ambos, todo fluye de una forma madura. 

P.D2: No valen los agobios, no valen las excusas. El corazón no entiende de eso.   

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